Tigre, tigre, que te enciendes en luz por los bosques de la noche ¿qué mano inmortal, qué ojo pudo idear tu terrible simetría? ¿En qué profundidades distantes, en qué cielos ardió el fuego de tus ojos? ¿Con qué alas osó elevarse? ¿Qué mano osó tomar ese fuego?

El Tigre de Willian Blake

lunes, 31 de diciembre de 2012

APOSTANDO

Apostando a la sangre salvaje, apostando a que todo se acaba como un sorbo acibarado, apostando a que no escribiré más, apostando por los ángeles caídos... es la desgracia querida niña y es la suerte contar con dos manos que no paran de apostar por la vida y la muerte, a cada cerrar de ojos y a cada eclipse, a cada grito y a cada blasfemia, apostando porque queda un pedazo de vidrio y porque te pueda ver una vez más en el reino de la arena, apostando que el verso no me mate.
Apostando ya.

jueves, 27 de diciembre de 2012

LO BRUTAL

Cuando muera dejaré de joder, mientras tanto seré un grano en el culo. Y la crisis es tan brutal que estoy apunto de asesinar a todo cristo porque el día siguiente siempre es el último de todos y nunca lo es. Masturbación extrema hipócritas. Me quejo como una perra. Y la crisis es tan brutal que como trozos de hormigón recalificado. Apuesten a que no me queda ni una gota de sangre. Apuesten sobre seguro. La próxima patada será en todas las pelotas. Y la crisis es tan brutal que las lágrimas parecen lluvia barrida por el limpiaparabrisas de un coche funeario sin jodido freno. ¡Apuesten cabrones! Ganen dinero a espuertas. El 69 es buen número y del cielo llueven sapos. Y la crisis es tan brutal como estos jodidos ojos bizcos en el desastre. Desiertos de almas por horas y escombros de carne. ¡No soy un puto creyente! Y eso es lo brutal.

miércoles, 26 de diciembre de 2012

HE PERDIDO

He perdido. En una fracción rota. Los dedos me traicionaron. La puta suerte también. No es fracaso. Es peor aún. Las líneas no me sirven de nada. Vomitar. Caer desmantelado. Seguir enviciado. Perder. Y perder. Y quedarse suspendido. No hay calma. He perdido un millón de veces y por los siglos de los siglos. Los dedos mintieron. No hay cura. No. El ancla del murmullo con forma arcana. No acabo nunca. Observo los números ponerse a cero y me quedo con cara de tonto. ¿Hacia dónde voy? Quizás al albor o a la perdición. Fíjate que son los mismo. No hay cura. Es sombra. Es caída. Declino todas mis responsabilidades porque he perdido y he perdido y he perdido y he... perdido...

UNA PISTA

Una pista te voy a dar sobre el futuro y el pasado, si eres lista la sabrás aporvechar, a través del duro hueso puedes llegar hasta donde quieres, no has de temer por las avatares y los cataclismos, quizás el néctar podrido te sepa a gloria si te dejas engañar, pero date cuenta que brilla radioactivamente y esas es la señal de los cien veces blasfemos, entre los telones de peltre arcano abrirás los reinos de la carne y de lo vaporoso, acenderás por torres retorcidas y te despezarás entre los valles venonosos, pero todo esto será o no será porque el beso helado se te fue concedido y el  acero derretido te otorgó calor, y esto será o no será porque el tiempo no valió y los oceános se coagularon en sangre, ahora tan solo te queda despertar.

martes, 25 de diciembre de 2012

UN POEMA MUERTO

Al escribir me salió un poema muerto, y el poema muerto me maldijo mil veces por ello, y por ello vago errático en la antártida de los símbolos, y los símbolos son extraños, y extraños son estos presentimientos, y los presentimientos son blancos como vuestros ojos, y vuestros ojos se perdieron por siempre, y por siempre me olvidaré de ti, y por ti estaba vivo y muerto en algún hipodérmico rincón, y el rincón se hizo la grieta imposible, y lo imposible es seguir enjaulando la luna negra, y la luna negra llora por todos, y por todos fue violada, y violada me vino arrastrándose entre la jauría, y la jauría tiene algo de patético y mortal, y lo mortal sufre el encontronazo con el estiércol, y el estiércol de las ratas es mi preferido, y lo preferido es algo que es tan frío como tu cataclismo, y el cataclismo es dulce si lo sabes saborear, y al saborear los pubis de las cariátides te pudristes, ¡pudristes! ¡Oh sí viajero sin sentido! Y en el epitiafico algo que desear, y al desear algo que escribir... un poema muerto.

miércoles, 5 de diciembre de 2012

Yo, apocalíptico yo

Yo, apocalíptico yo
       me cago mil veces en las predicciones
y
en
todos los espejos rotos,
cuento los días para el final
   leo la biblia negra al revés
        aguardo las señales
por si lluven ranas
        o hay en el cielo misiles,
      si se acaba todo
puede
hasta que reía
       pues al final y al cabo
esto es de chiste,
         ¡apocalipsis!
¡Elipsis!
         ¡Crisis!
 ¡Profetas!
             ¡Visionarios!
¡Herejías dementes!
 ¡Y esperpénticas maldiciones!
      Llega el final
              no paren de follar,
y mañana dios (o su puta madre) dirá.