1
Abre los ojos y cuéntame que ves
porque yo no veo nada,
como compañeros
mi novia la oscuridad
y el feto negro del odio.
2
A los cinco años contemplé la muerte
y quise con mis manos reanimar lo inerte
pero eran demasiado pequeñas.
3
La umbría del perro
me alcanzó con su puntiaguda soledad
desde los principios de mi existencia
en las espinas del rosal seco.
4
Una mirada asolada de ella
me bastó para fallecer
inmerso en el telón de peltre
5
Besos amargos y de plomo
las alimañas se erizan
ante mi paso errático.
6
Tengo un viaje a seguir
entre las palabras inertes
y las lágrimas tan duras
como los huesos que acarreo con desgana.
7
El infierno cornudo
siempre ha de ofrecer una botella de alcohol
que arrase la memoria
que construya el vergel espurio.
8
¡Demonios! ¡Demonios!
Gritan,
¡ángeles! ¡ángeles!
Gritan,
pero yo ya desde tiempos inmemorables
me meaba en las esquinas.
9
La muerte es fácil
la vida es fácil,
lo difícil es mirarse en el espejo.
10
Santos hierofantes
se empañaban en desvirgar mis venas,
pero yo ya era una rata voladora inmune a la ponzoña
portadora de la rabia callejera inflamada.
11
El amor se busca hasta que se pudre
y una muesca se añade al rostro
de la sonrisa fija.
12
Un amanecer azulado aparecí ensangrentado
a través de la insania rojiza
que me transportó a la visión menstrual
de un principio repetitivo de tus dones.
14
Aquellos ojos redondos
eran tan enormes como cualquier pasado,
olivíferos destellos para detener cualquier eclipse.
15
Manos acartonadas de vate
con regusto de sangre en las encías,
¡quemen estos legajos!
16
En estos sueños me pierdo como momia sin sarcófago,
esta tiniebla y las otras,
esas noches que inyectan alquitrán.
17
Vuélveme a besar con hiel de amnesia
clávame las uñas,
atraviésame con tus duros senos.
18
Cognición
desesperación,
venus con brazos implantados
con caricias por horas.
19
Esa sonrisa en labio partido
me queda como brasa
cuando volvía a creer en esta sociedad.
20
Suciedad
es lo que veo esparcirse como hollín
que no se puede blanquear
ni por el mejor charlatán.
21
¿Hay noche?
Y si no la hay, me la imagino
con estrellas de cinco puntas
con lunas cuadradas,
¡la hora radioactiva!
¡La barraca de los fenómenos de feria!
Lenguas bífidas
para chupar los restos.
Hasta luego... mi querido sol.
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