¡Rimbau!
¡Rimbauuuu!
¡Rimbauuuuuu!
Putas y putos de la
esquina esquinita,
el sueño industrial como raspa de pescado
de las hojas caídas
otoñales
es la fragmentación
que nos hace sombra
ante las candilejas
de un Alcoy
estático...
jupiteriano museo de
dianosaurios,
¡Al-Azraq
desgarbado!
Cimitarras y
falcatas oxidadas
para sesgar el velcro temporal
y la ceguera de los
ojos cosidos vudú,
engranajes como
chasquidos femorales
flechas astilladas
de un San Jorge ruinoso
con Máquina de
Jaquard satánica
para trenzar carne
mercadeada
y ablandar músculo
panificado,
Alcoi-Marsella
el silencio que
muerde
con ponzoña de
serpiente de coral
a machete de Chiapas
como dragón
epiléptico tolkiano...
casa consistorial de
bufones,
¡hoy toca reírse
de mí!
Si
digo que Rimbaud era alcoyano.
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