El sol no cambia
ni su sombra tampoco,
así que es la hora de dormir
con el demonio
y esperar a que caiga,
vomitar lombrices
mastrurbarse hasta el dolor
el asesino del tiempo
está a un grito
en cualquier esquina de locos iluminados
que salpican babas venenosas,
el sol no cambia
ni tu calavera tampoco,
¡trágate la luz!
¡Caga desdichas!
Escapa hacia el otro lado
y quizás
puedas vengarte.
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