Al fin el corrupto cielo cayó
y las mazmorras de la negror
se abireron para las 1001 novias moribundas
de ojos perlados,
¡por eso he llegado hasta aquí
a través de una senda de zarzas venenosas!
Y la piel llena de heridas y pinchazos
reclama su minuto de combustión
porque la palabra ha quedado aseinada
y quizás el deseo
es tan grande
como la boca del universo agonizante
1001 ...abismal!
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