antitodo, no me llamo Carlos,
me llamo escoria, basura reaccionaria,
genéticamente envenenado, con el cromosoma del antipoema
incrustado en la incógnita hélice del ADN,
antitodo, no me llamo esperanza,
ya no hay lugar para la rima
es una jaula que da grima,
podencos esqueléticos y zancudos nefastos
aguardan al otro lado del minado Guantánamo,
el concepto es algo que perdí a bordo
de un avión Kamikaze Cero,
así que aprieto el pañuelo de guerra
y me lanzo a través del cielo detonado
con el sol naciente a la espalda de los campos dorados,
tres tristes tigres comieron en un trigal...
no tengo por qué vomitar, no hay estómago,
la vaca hinchada navega el Ganges, los clavos amanecen por el mismo sitio,
no tengo por qué hablar, no hay cuerdas bucales,
la casa siempre se quema por el tejado
cuando no hay agua, ni vino, ni ginebra,
no tengo por qué amar, no hay corazón,
¿pero será ese el órgano del amor? Allí dónde solo hay un mar
de sangre extraña que viene y se va,
entrégame ese ósculo con vicio
manejando las manos siempre más abajo,
arrancame las branquias
y ahógame en la Atlántida más profunda,
antitodo, las sombra no son sombras,
son algo para mantener la guerra eterna, santa, blasfema, petrolera,
no mantengo ni sostengo albur, ahí te lo entrego junto con la dentadura postiza,
Lanzarote astillado, criticado, cabalgando huesos,
campo de minas, reino de los tullidos, letra tras letra disléxica,
antitido, no hay antídoto, no hay salvación,
el turno en el matadero de los cerdos
llega demasiado deprisa para despedirse de los amigos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario