Es
la
hora
(¿la hora?)
Cuando el tiempo es un pecho acullilado: seno en dos partes, perfecto melón.
Y los dedos entran en la vagina ancha para dar vueltas.
Te lo digo baby, es mi suicidio y no te los crees.
El bufón lo cuenta a mi lado
( con aliento putrefacto)
alguien rie, me perdonan la vida de nuevo.
Son instantes coagulados, y quizás... los halos rojos con que te veo
sean algo
que no te quiera contar.
Son
muchas
horas
en la tela de araña, pinchándose.
Muchas muchas muchas, de verdad.
Un bonito trabajo del que estoy cansado
y
una razón cualquiera es el pretexto, la lengua recorre el clítoris ácido.
Te lo digo y no te lo crees, aunque
te vas desprendiendo a trozos resecos
y el pozo
es tan ancho como el corte silencioso,
sombras y sierpes son lo mismo
tu boca me sabe a sangre caliente
sombras y sierpes son lo que te doy
y no te lo crees,
son
muchos
milenios
para esta arena sucia,
te lo dije, baby
es mi suicidio
...hasta luego, me voy.
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