El olor rancio reune
ante el ojo solar podrido
a una multitud de rondadores desenterrados,
todas esas preguntas
fueron mil respuestas de mentiras
ante la nube de la plaga
que no quería dejar de saciar su apetito,
en un rincón doblado y seco por el pinchazo
de una vida destruída
alguien anodino
y te vuelvo a decir:
¿te vas a creer mis falacias?
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