Tigre, tigre, que te enciendes en luz por los bosques de la noche ¿qué mano inmortal, qué ojo pudo idear tu terrible simetría? ¿En qué profundidades distantes, en qué cielos ardió el fuego de tus ojos? ¿Con qué alas osó elevarse? ¿Qué mano osó tomar ese fuego?

El Tigre de Willian Blake

viernes, 5 de abril de 2013

NI UNA PUTA MIERDA

En este cruce
donde el árbol del ahorcado no da sombra
y
quizás todo la magia es oscura
no hay ni una puta mierda,
porque a veces creo estar en lo alto
porque a veces la reseca me baja a la realidad
porque a veces creo besar tus labios
porque...
              suena la música del diablo,
tengo mil y una muertes
tengo mil y un escupitajos
preparado para los antiguos dragones,
quiero ganar un puñado de arena
y perder todos los asquerosos poemas.

No hay ni una puta mierda, ¡oh señor!
Me las doy de gran poeta
y el saldo es esta catástrofe
      en la que me siento un bebé
ante un muro de vergüenzas,
en alguna playa
    entre los límites de los mundos
vomito sin que nadie me vea.

¡Esta es la canción del vate huesudo!
Puedes tener esta maldición por eterno
y
te la regalo si quieres,
no has de pagar nada a cambio
tan solo continuar
con una razón para mantener
los ojos despegados
cuando la luz vuelva a salir
en el próximo amanecer.

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