Tigre, tigre, que te enciendes en luz por los bosques de la noche ¿qué mano inmortal, qué ojo pudo idear tu terrible simetría? ¿En qué profundidades distantes, en qué cielos ardió el fuego de tus ojos? ¿Con qué alas osó elevarse? ¿Qué mano osó tomar ese fuego?

El Tigre de Willian Blake

miércoles, 16 de enero de 2013

YA NO TE HABLARÉ JAMÁS

¡Oh sierpe de diamante! Ya no te hablaré jamás, dejaré de ser la esclava. En esta tiera diezmada por la plaga escupiré mil veces y tus manos nefastas no obtendrán deseo porque te condenaré a un baño de sangre. Y el número de la bestia y del siguiente, del primero y el último; será llevado por la palabra violada hasta el hueso estático, y el hueso no hará más preguntas. ¡No te hablaré jamás! Es tu fin y mi principio, bajo el árbol muerto del cruce del diablo quedó dicho.

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