Tigre, tigre, que te enciendes en luz por los bosques de la noche ¿qué mano inmortal, qué ojo pudo idear tu terrible simetría? ¿En qué profundidades distantes, en qué cielos ardió el fuego de tus ojos? ¿Con qué alas osó elevarse? ¿Qué mano osó tomar ese fuego?

El Tigre de Willian Blake

miércoles, 15 de mayo de 2013

MATADERO DE SUEÑOS

¡En el lugar equivocado! ¡En el lugar equivocado!
¡El matadero de los sueños!
No puedes ver ni amar
no puedes escribir ni escupir
y
esta verja es demasiado baja
para que no pueda saltar
la muerte perfumada con alcohol
de
quemar.

¡Amigos todos!
La revolución de los huesos
mondos y lirondos
va a comenzar
en la puerta de atrás del matadero
y
es la hora oscura
para dar mordiscos
                               y puñetazos al aire
¡cenizas a los vientos!
¡hordas de lerdos!
¡esto estaría muy bien pero no tenéis ni puta idea de poesía!
¿Quién escribe los sueños?
¿Quién os da los sueños?
¿Qué os hace masturbarse en sueños?
Vates urbanos, cotorras apocalípticas, yonkis de cualquier cosa,
perros sin sombra y demás dragones efímeros
vuestro es este matadero
legado por un dios epiléptico
ensoscado más bien en una botella
de vino barato
                      y agrio
simulando que es Baco,
podrías recitar a las serpientes
o a la belleza
o a cualquier otro instante
pero esta revolución ya esta en marcha
cubriendo de polvo narices y ojos,
¡este es el lugar!
A lo mejor tiernes suerte y rozas un coño
o una verga
o acabas enredado en alambre de espino
o de un pedo destruyes el maldito sol,
un...
       dos...
                tres...
el matadero de los sueños aquí tenéis.


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