Tigre, tigre, que te enciendes en luz por los bosques de la noche ¿qué mano inmortal, qué ojo pudo idear tu terrible simetría? ¿En qué profundidades distantes, en qué cielos ardió el fuego de tus ojos? ¿Con qué alas osó elevarse? ¿Qué mano osó tomar ese fuego?

El Tigre de Willian Blake

miércoles, 26 de diciembre de 2012

HE PERDIDO

He perdido. En una fracción rota. Los dedos me traicionaron. La puta suerte también. No es fracaso. Es peor aún. Las líneas no me sirven de nada. Vomitar. Caer desmantelado. Seguir enviciado. Perder. Y perder. Y quedarse suspendido. No hay calma. He perdido un millón de veces y por los siglos de los siglos. Los dedos mintieron. No hay cura. No. El ancla del murmullo con forma arcana. No acabo nunca. Observo los números ponerse a cero y me quedo con cara de tonto. ¿Hacia dónde voy? Quizás al albor o a la perdición. Fíjate que son los mismo. No hay cura. Es sombra. Es caída. Declino todas mis responsabilidades porque he perdido y he perdido y he perdido y he... perdido...

No hay comentarios:

Publicar un comentario