Tigre, tigre, que te enciendes en luz por los bosques de la noche ¿qué mano inmortal, qué ojo pudo idear tu terrible simetría? ¿En qué profundidades distantes, en qué cielos ardió el fuego de tus ojos? ¿Con qué alas osó elevarse? ¿Qué mano osó tomar ese fuego?

El Tigre de Willian Blake

viernes, 10 de febrero de 2012

HERNANDIANA



Estudié en un colegio público llamado Miguel Hernández, el famoso poeta de Orihuela muerto en la cárcel durante la guerra civíl española. El vate que viajó de los campos solares a la negror, con el paso de la catastrófe y sus huellas.



Tiempo bastardo entrometido.

¡Tiempo del cocido mondo de huesos!

Alcoy-Orihuela

Orihuela-Alcoy

callejas para jugar al no me ves

ahora sí que me ves,

hasta darse de dientes contra la pared enladrillada

estrellitas anaranjadas...


Cilindros de cuestiones váticas

eso es lo que me espera

manteniendo un rictus impávido hacia la blanqueadora,

alzada esta cárcel del delirio egocéntrico.

¡Guerra! ¡Guerra!

Bombas y explosiones

No sabrás quién soy yo... ¿O te lo dirá un ruiseñor?

Hermano atemporal ... sí.

Puede que vate colgado por el cuello

pero abro este racimo de amaranto elegiático,

tú, cuerpo en verso de vivacidad rural

desnudez a los sentidos que no sonroja

rompe yugos de las eras enfermas de alquitrán.


Está el sol perdido

la luna perdida

los perros perdidos

las chiquillas perdidas

el azafrán perdido

la alcachofa perdida.

¿Dónde estás venus mía?


Libros de olor lanar y de tacto a pajar,

¡eso es!

Mariposas de alas lentas

abejas de zumbidos a contratiempo,

ondas para un corazón de arcilla

una vida que da calor espontáneo

a todo el que surca su deseo y verso.

¡Arriba esta mixtura!

¡Arriba esta amistad a cruce oceánico!

Volveré a descansar bajo la higuera

oliendo sus dulces frutos.




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