
Atravesando mares de polvo
sin ninguna puta gana
para que los ojos se revuelquen en la mierda,
el olor a azufre que hace vomitar
ante el completo fin de las cosas ignoradas
a las que no distes ni un segundo de luz,
¡el fin de los finales!
Eres hielo azul milenario que quemas
una última respiración hacia el cielo de peltre
miles de ratas que huyen espantadas,
¡qué gran decepción es la vida!
Por un segundo blasfemas hacia cualquier esquina
por la que huír de las sombras envenenadas,
¡levanta la cabeza!
¿Ya se quema el cielo? ¿Era lo que querías?
Así que ahora acostumbrate al silencio del templazo.
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