Tigre, tigre, que te enciendes en luz por los bosques de la noche ¿qué mano inmortal, qué ojo pudo idear tu terrible simetría? ¿En qué profundidades distantes, en qué cielos ardió el fuego de tus ojos? ¿Con qué alas osó elevarse? ¿Qué mano osó tomar ese fuego?

El Tigre de Willian Blake

jueves, 14 de marzo de 2013

DESTRUCCIÓN RÁPIDA, ORGASMO LENTO

Bajo esta piel de quarzo arenoso te tenía cuando el cielo desecendió astillado... para amarte.
Los seños eran ojivas nucleares para tu regocizo...
                                          y el pérfido lactante
                              volvió a incendiar sus ojos destructivos


                            tenía que aguantarme
                                         pues la explosión era algo
que se ralentizaba en el tiempo desarticulado
            
el semen ácido era la lava
                                      entre las grietas
             cuando todos se quemaban
                                          y sus pieles se deshacían,
rápido y lento...
                    la destrucción no es un deseo, no.
es una
         necesidad oscura
                                  como la última luz.

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