
Tarde o temprano moriré
y dejaré el silencio muerto como dádiva,
esta acrópolis contestará todas tus preguntas
a través de las ruinas erosinonadas
expuestas al sol implacable.
¡Y la noche llega hambrienta!
Hordas de sin rostros vagan entre la fosforescencia
de los despojos perdidos y olvidados,
es el reino de la afasia
en el cual el emperador del crepúsculo
ya no tiene más comentarios deslumbrantes
pues no tiene ojos,
todos le abandonan y corren a la estigia seca,
... es la calma exánime...
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