Tigre, tigre, que te enciendes en luz por los bosques de la noche ¿qué mano inmortal, qué ojo pudo idear tu terrible simetría? ¿En qué profundidades distantes, en qué cielos ardió el fuego de tus ojos? ¿Con qué alas osó elevarse? ¿Qué mano osó tomar ese fuego?

El Tigre de Willian Blake

sábado, 10 de marzo de 2012

EN EL PRINCIPO, EL SEMEN


en el principio, el semen

                   LA SANGRE FRÍA DEL TIRANOASURIO

                  una huída hacia PANGEA

   una aproximación al INFIERNO

de los hielos lejanos

      planetario infortunio

en la casa deforme

en los dientes informes sueños litificados de medianoche

                   ¡Pasa adentro!

Te comeré o te dejaré

que respires petróleo

para que des de mamar a lo secos

                         años de venenos

... penetración hasta que el cosmos sea la punta del glande...

reconocido recocido reseco reescrito

      remendado recordado repudiado relegado

          esta es la biblia del Leviatán

abajo la playa de plástico

arriba la risa de la ceniza za za za za za

y el errante vuelve a huir

caliente masturbación metalúrgica en una intensidad de isótopos

  vaginas asiladas espermatozoides perdidos

   noches de turbante en la soledad del árbol del ahorcado

¡escapa!
¡escapa!

allá en los mares de Marte te espero para la bacanal

                    deja los grilletes terráqueos

olvida la amorfidad de esas razones estúpidas

¡huyeeeee!

           ¡Ten hambre!

vienen ardiendo los mamuts del pleistoceno

         se quema el tanatorio de los muñecos vudú

dice el vate como siempre: ¡Mierda!

y ningún sitio es el sitio indicado

        para no llorar...

                          en el principio
el semen derramado

       en un día soleado

sobre la tierra perdida.





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