Tigre, tigre, que te enciendes en luz por los bosques de la noche ¿qué mano inmortal, qué ojo pudo idear tu terrible simetría? ¿En qué profundidades distantes, en qué cielos ardió el fuego de tus ojos? ¿Con qué alas osó elevarse? ¿Qué mano osó tomar ese fuego?

El Tigre de Willian Blake

martes, 27 de marzo de 2012

LA VOZ DE LOS HUESOS



El sueño del teatro oscuro

si la luz me molesta

y llaga mi piel.


Voz de los huesos

risas ahuecadas

corrupto jardín

para batir alas

portadoras del caos.


Desbloquear los falsos límites

regar la tierra sedienta

de sangre espesa

alzar los colmillos

de los dioses cazadores.


Hierofantes del sexto círculo

sombras escuálidas y alargadas

con sus báculos blasfemos

ante la puerta verdadera

maestros del camino de espinas

en el que deambulé desasociado.


La ensoñación del sol negro

si la luz es herida abierta

y retuerce mis entrañas.


Vigilia de las novias mórbidas

pasadizo de cristal mortecino

letras de vestigios lúgubres

la posesión de la escarcha carnal.


Se deshacen los dominios

el frío hierro cae

los dragones devoran el ego

ya estoy unido a las tinieblas.


Ojos de las bestias

profundidad abisal

para caer en el líquido turbio

y poder beber sediento.


Suspiro de lo muerto

bosque de la enfermedad

raíces torcidas del rostro

emociones guturales

bestializados deseos.


El confín de lo hermético

huellas lunares

el nombre de la noche

es la respuesta inerte.


Ya no hay reflejos

formas pétreas

sin atisbo de piedad

holocausto de venas

maestros punitivos

primordial destrucción.

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