Tigre, tigre, que te enciendes en luz por los bosques de la noche ¿qué mano inmortal, qué ojo pudo idear tu terrible simetría? ¿En qué profundidades distantes, en qué cielos ardió el fuego de tus ojos? ¿Con qué alas osó elevarse? ¿Qué mano osó tomar ese fuego?

El Tigre de Willian Blake

domingo, 6 de noviembre de 2011

BABY



1

Hemos buscado lo imposible

en los ojos del dragón

con la lengua hinchada de veneno,

los telones levantaban las espinas

y queríamos avanzar de una vez

hacia los campos de almendros en flor,

pero las tres preguntas arcanas

solo eran un colectivo suicidio inconsciente

y las sombras puntas de escarcha antártica,

baby... eramos ignorantes hasta la médula más negra

las ratas nos seguían por conveniencia

los perros famélicos nos aullaban

el páramo de la chatarra era un mar oxidado.

2

Esta es una cocina

en la que se te clavan cuchillos y tenedores

el pan está mohoso y las naranjas blandas,

hay moscas que zumban

el horno es un nicho polvoriento

y demasiadas sombras sospechosas,

esta es una cocina

en la que tomo el último café del fin de los tiempos

con su regusto amargo flotando en la consciencia

y las ventanas no dejan ver nada fuera,

pero puede ser... que lo no quiero ver

sea uno mismo...

uno mismo y otro mismo y otro y otro...

así sucesivamente

contemplando los rostros con dientes de conejo

pasar en un muestrario sin sentido,

viendo de reojo las jorobas

de las espaldas de los crustáceos,

¡ay baby de los abismos!

Quedaré licuado de una vez por siempre

para que tu vagina me absorba.

3

No le vengan a esta vieja corneja

con historias de amor,

¡No! ¡Lo siento! ¡I´m sorry!

No me trago ni una puta palabra,

creo en el desastre y la negror

en los escupitajos y el asesinato,

¿Cómo quieres que te diga que te amo?

Si eso ha de ser la destrucción atómica

¿cómo quieres que te diga que te quiero?

Si eso ha de ser la sombra del machete.

4

Creías que hablabas con los vates

al filo de la palabra

pero era todo viento con cristales,

ruinas mayas y sarcófagos egipcios

eran adornos repetitivos

en los eriales de la mente

por los que vagabas pidiendo limosna,

¡por pedir que no quede!

Unas tetas, un culo o un coño...

Ah... y tú que creías que charlabas con los locos.

5

El sonido de las gaitas llega desde el horizonte,

no muy lejos hay unas mohosas ruinas ancestrales

perdidas ente los dorados trigales,

la ceniza y el estiércol es tu reino

¡Oh Júpiter! ¡Oh Júpiter!

¡Oh tridente! ¡Oh guadaña!

¡Oh oh hoz! ¡Hooooz!

Corriendo hacia ninguna dirección

riendo por reír sacando los dientes,

los escarabajos peloteros siguen

su laborioso trabajo de hacer bolas de mierda

las langostas vuelan hacia el cielo incógnito,

las gaitas... tocan a los lejos... lejos...


6

Chicha molla carne

blanca como luna

morena como eclipse,

¡chicha molla carne!

En el laberinto de Dédalos

buscando piel y hueso

deshechos al sol en el secadero,

¡Ah qué palabras!

¡Ah que gestos!

Serán los que hagan del movimiento

algo más que pura física matemática

¡Ah qué versos!

¡Ah que tragos de alcohol!

Serán los que produzcan

un pasaje entre el sol y la noche

en los que mantener una calma pactada

¡Chicha molla carne!

Al tacto... quiero.




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