Tigre, tigre, que te enciendes en luz por los bosques de la noche ¿qué mano inmortal, qué ojo pudo idear tu terrible simetría? ¿En qué profundidades distantes, en qué cielos ardió el fuego de tus ojos? ¿Con qué alas osó elevarse? ¿Qué mano osó tomar ese fuego?

El Tigre de Willian Blake

lunes, 14 de noviembre de 2011

ESQUIRLAS

(No hay desastre sin sastre). Es decir, un bonito traje negro hecho a medida, mientras contemplas un cementerio anónimo bajo un cielo claro, despejado y azul celeste. ¿Qué camino seguiré? Las cruces no me satisfacen, tampoco la sombra de los cipreses ni mis putos cartílagos. Un beso al aire para despedirme del silencio y un gesto, frotándome las manos. Ahora mis ojos son oblicuos, y si alguna vez lloré no me arrepiento. Puede que reflexione sobre todos los males, pero serán apenas unos instantes en esta secuencia de pérdidas. ¡Empezando! Empezando por escupir como un sapo venenoso para que no puedas besarme.¡Ay niña de mis entrañas! Lo siento si las reacciones nucleares de este sol hambriento no saben lo que hacen.¡Empezando! Empezando a hundirse en un drackar vikingo, agarrado al lastre léxiCO. ¡Ay!¡Ay! Por una caricia de las cariátidas que muñeco vudú me volví. ¡Qué lugares escondidos me quedan por recorrer! Las estrellas seguro que no. Y así, recito a lo nichos y me despido por última vez. ¡Qué las paredes se comben sobre esta desgracia universal!

2 comentarios:

  1. A mi me da la impresión de que aprendiste más de lo que crees. Sí, que caigan las paredes, pero de verdad, para poder atravesar la oscuridad.
    ¿El dibujo es tuyo? Me gusta mucho.

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  2. Sí es un autorretrato titulado "Me pudro". No sé si aprendí algo, pero cada vez soy más necio.
    Salutes Jefa.

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