Tigre, tigre, que te enciendes en luz por los bosques de la noche ¿qué mano inmortal, qué ojo pudo idear tu terrible simetría? ¿En qué profundidades distantes, en qué cielos ardió el fuego de tus ojos? ¿Con qué alas osó elevarse? ¿Qué mano osó tomar ese fuego?

El Tigre de Willian Blake

miércoles, 9 de noviembre de 2011

ESQUIRLAS



¡Qué incongruencia! No tengo ganas de escribir y es lo que estoy haciendo. Esta es la maldición. Los dinosaurios me conocen, la viejas miran mi bragueta y los bancos no me dan crédito. Paseo paseo paseo paseo a mi perro. Paseo paseo paseo paseo paseo a mi perro, y en la cabeza me cae una piña tropical y me abro paso en la selva Maya con la verga y en la cabeza me cae un mango. Paseo paseo paseo paseo paseo a mi perro. Paseo paseo paseo paseo paseo a mi perro, y acelero la erosión. Mi cara se cae a trozos, la barba canosa repta por el suelo, mis piernas se astillan. Queridos pinguinos: ¿es tan blanca la Antártida como dicen? ¿Es tan silenciosa como parece? ¿Lograré descansar en algún lugar? ¡Por Júpiter!¡Vaya mierda como un puño! Y eso que amaestré al Leviatán, y eso que me había olvidado lo que iba escribir y eso que besé el pico de las cornejas y eso que te quise. Demasiado ego que resulta pan duro para dientes blandos, ¡y eso que mi espalda no se quebró y me coloqué carrucheras en el pecho al estilo Pancho Villa! ¿Cuántos besos te debo? Todos los que te robé en un suspiro de lava volcánica por la que descendía cantando a coro con los muñecos vudú. Así que a veces, puedo separarme de la jaula ósea y ser una lombriz que degluta humus y ser un dragón estrellado contra un avión Cero y ser un tigre de sombra ácida y ser un escarabajo pelotero perdido en una ruinas célticas en medio de un trigal y ser una ameba que se reproduce multicelularmente y ser todo lo que quise y no quise a un toque de trompetas de Jericó. Y así, los días paren trozos de este bebé de abuelo incógito. No creo en la verdad y tampoco en la mentira, creo en la palabra... quizás... aunque sea reflejo de espejo o una puta barata de carretera putrefacta. ¡Ay maldición de las maldiciones! No me sirve pactar, no me sirve abrime en canal, no me sirve follar, no me sirve empezar de nuevo. Tan solo me sirve descansar de escribir, aunque se solo un breve rato. ¡Por todos los dioses bastardos!¡Órale!¡Sírveme unos tragos de tequila!

No hay comentarios:

Publicar un comentario