Tigre, tigre, que te enciendes en luz por los bosques de la noche ¿qué mano inmortal, qué ojo pudo idear tu terrible simetría? ¿En qué profundidades distantes, en qué cielos ardió el fuego de tus ojos? ¿Con qué alas osó elevarse? ¿Qué mano osó tomar ese fuego?

El Tigre de Willian Blake

viernes, 11 de noviembre de 2011

¡VENGA MAJETE! CUÉNTAME OTRA MENTIRA QUE ME LA CREO


El día 20 de Noviembre nos toca botar. ¡Ay! Qué me he equivocado, que se escribe con uve. Pues eso que nos toca votar: ir a depositar la papeleta con nuestro voto en la urna y, ¡listo nuestro futuro! Más nos valdría limpiarnos el culo con ella.

Para ser políticos se necesitan una cualidades que son más bien escasas entre nosotros, los llamados humanos: honestidad y sentido de la verdad. Y me temo que los son consecuentes con ello duran tres días en esa casa de putas (con perdón para las prostitutas y su labor social) ¡Ah...! ¡Qué cabrones que somos!

Y es que viendo la cara de cerdos y la sonrisa falsa de todos, se da uno cuenta de inmediato que el juego de la política consiste en la perpetuidad del poder. Esa es la sensación que me ronda la cabeza: el interés mercadero va por delante de las ideas. No, no me voy a meter con las promesas que no se cumplen porque ya directamente lo asumes. ¡Así somos de imbéciles! Y una tras otra mentira nos las van colando ante nuestras caras de paletos, unas a la izquierda y otras a la derecha porque ya no sabemos ni en dónde tenemos nuestras manos. Tragamos y tragamos, tenemos el agujero del culo bien grande, y cuando nos indignamos nos dan unas cuantas palmadas en la espalda y nos dicen: ¡tranquilo que no pasa nada! Y todo arreglado, oiga usted.

Esta política no me satisface. Es una gran mierda. El sistema falla porque se ancla en un sistema de interés económico feroz con anisas caníbales y acaba relegando al ciudadano de a pié a la desidia más gris. Con el paso del tiempo encima las opciones se reducen porque nosotros, los muñequitos de turno, tenemos pocas opciones aparentes para el boto. ¡Ay! Ya me he vuelto a equivocar, que es con uve. Pues eso. No podemos encontrar nuevas ideas, porque todas son las mimas viejas ideas perversas que nos avocan cada 4 años a la rutina de la votación. No hay cambios, no te lo creas. ¡Es la gran mentira! O prefieres llamarlo la verdad a medias, amigo mío.

La panda de embusteros, te quiere con la papeleta del voto lista para su país de trolas. Te la marcan si quieres, para que no tengas que hacer el trabajo. No, señor, no te vayas a escañar. Y lo malo, es que se repite una y otra vez lo mismo. La verdad es que no sé muy por qué: elecciones-nos quejamos-palmaditas en el hombro para tranquilizarnos y vuelta a empezar. ¡Se repite como una cebolla picante!

Así que, ¡venga majete! Cuéntame otra mentira que me la creo.

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